La historia ha sido siempre fiel, pues se ha guardado a disposición de aquellos que la quieran conocer, pero los infieles hemos sido nosotros que la tomamos y la transformamos de acuerdo a nuestro criterio, nuestras perspectivas o nuestros simples deseos de enteder las cosas a nuestra manera.
En la actualidad gozamos de una libertad (que muchos dicen no existe) para expresar nuestras opiniones y aquí puedo incluir a los alumnos de nuestras escuelas de Educación Básica. Estos niños y adolescentes tienen criterio de las cosas, saben distinguir entre lo que está bien y lo que está mal y expresan lo que ellos consideran de cualquier situación. Desafortunadamente existe un amplio grupo de ellos que por falta de una buena ayuda en la coordinación, aclaración y orden de sus ideas no las expresan por el clásico temor a equivocarse y merecer un calificativo burlón o una calificación no propia en sus notas. Analizando esto, pienso en ¿quién dijo que la opinión personal puede ser calificada?
El darle la oportunidad a nuestros alumnos de expresar sus ideas y opiniones no debiera ser un motivo de calificación, porque pareciera que si el pupilo no piensa como nosotros o como la mayoría, es merecedor de una mala nota, cuando el simple hecho de que sea capaz de expresarse y abrir su mente y corazón ante en grupo variado que lo escucha ya es un gran logro.
Esta "nueva" modalidad de enseñar la historia a través de una SITUACIÓN-PROBLEMA permite en gran manera que todos tengan la libertad para expresarnos y ser escuchados. Estoy de acuerdo en que hay que guiar al alumno a un mejor análisis de las situaciones, ya sean pasadas, presentes o futuras, pero nunca cometer el error de hacerle sentir que sus ideas, opiniones o conceptos no son válidos. ¿Qué las puede mejorar? Por supuesto que sí, pero con un proceso en el que él mismo pueda encontrar esos cambios.
La aplicación de el análisis a través de una situación-problema nos habre un enorme campo de oportunidades para conocer a quienes tenemos en las aulas y darnos cuenta también a quienes estamos enviando a la futura sociedad. ¡Escuchemos a nuestros alumnos!, ellos también pueden llegar a grandes conclusiones sobre temas que pensamos que sólo los "adultos" podemos analizar.
Narda